La petrolera estatal modificó los precios ayer y, a poco de ello, hicieron lo propio el resto de las empresas. Aumento del precio del barril de crudo, devaluación del dólar oficial y retraso en la actualización de las cargas impositivas, los ítems que inciden en la aplicación del incremento.
Ayer, YPF aumentó el precio de sus combustibles en un 7,5 por ciento, lo cual replicó ya o replicará en muy corto plazo en las otras empresas expendedoras de combustible.
Tal incremento “tiene que ver con el ajuste de las variables que componen el precio final del combustible: el precio del barril de petróleo crudo, la cotización del dólar oficial – que viene devaluándose a diario – y la carga impositiva, que en este momento lleva un diferimiento de un año y tres meses, de parte del gobierno nacional, que lleva ese tiempo sin practicar el ajuste trimestral”, argumentó Alberto Boz, titular de Faeni (Federación Argentina de Expendedores de Naftas del Interior del país)..
Otros aumentos que inciden son los del biodiesel y el bioetanol, “con los cuales se corta, obligatoriamente, el combustible en nuestro país”, explicó.
En cuanto a las naftas, “llevamos un 50 por ciento de ajuste en un año y siete meses. En cambio, el gasoil, por los picos de demanda que tuvo – que llevaron a importar en cantidad mayor que la habitual – en el mismo período, alcanzó un aumento de entre 85 y 90 por ciento, según la región del país y la petrolera que lo expende”.
“Hace mucho tiempo que no nos autoabastecemos de gasoil; hay que importarlo, y cuando hay picos de demanda — épocas de cosecha y de transporte de granos a puertos – empieza a hablarse de faltante”, destacó el empresario. “Ninguna provincia levantó los cupos que hay para las estaciones de servicio: no podemos comprar lo que queremos sino que tenemos cuotas que establecen las petroleras. Por eso, las estaciones todavía estamos racionando para poder llegar con el stock a fin de mes”.