El empresario del rubro, Ramiro Picó, hizo un diagnóstico de los problemas actuales de la actividad y propuso que los entendidos cambien la concepción del “trabajo dentro de la cocina” .
Entre las actividades que muestran tener cierto repunte está la gastronomía. La salida de la pandemia y la eliminación de las restricciones se tradujo en mayor actividad para el sector, que también recibe beneficios los fines de semana.
Pero a la vez, la gastronomía padece un problema que podría denominarse como ‘de base’: la falta de capacitación para que la gente pueda trabajar en ese rubro con idoneidad. Así lo expresó el emprendedor gastronómico Ramiro Picó: “Las empresas no encuentran a la gente que necesitan para cubrir tanto puestos operativos como de dirección. Es algo que atraviesa a todo el sector, desde un bar hasta un hotel cinco estrellas”.
En Rosario, “arrancó hace algunos años con la aparición del fenómeno de las cervecerías, que hizo virar el foco al que apuntaba la gastronomía”, consignó Ramiro. “Luego vino la pandemia, que expulsó del rubro a mucha gente, y ahora hay otra expectativa de la gente con respecto a la gastronomía”.
“Hoy hay más oferta, pero distinta”, aclaró el empresario. “Después de la pandemia, el cliente es mucho más exigente; espera servicios y productos que antes no había, y eso es un nuevo desafío. Además, los costos también son distintos y se sumó una nueva generación a trabajar, la de los millennnials, que tiene otras reglas de juego. Hoy, ellos eligen trabajar pocas horas y en un buen ambiente, pero la gastronomía, como está armada, es todo lo contrario”.
“Otro problema es la nueva generación de cocineros, los ‘Master Chef’, que estudiaron gastronomía mirando un programa de televisión; creen que la gastronomía es eso y el choque, cuando entran a trabajar, es muy grande”, reconoció.
Para revertir esta situación, “tenemos que cambiar el cómo está concebido el trabajo dentro de una cocina para volver a atraer a la gente”, postuló Ramiro. “Son muchos años de precariedad; mucho trabajo no registrado y que no se paga bien. Hoy entra cualquiera a trabajar, sin formación, y eso aleja a la gente que quiere trabajar en el rubro”.