Lo presentó la senadora oficialista Fernández Sagasti. Para el abogado laboralista rosarino Serrano Alou, “es positivo: debe respetarse el descanso, porque la persona tiene un trabajo pero su vida no gira en torno a ese trabajo”
En el Senado nacional se presentó un proyecto de ley para prohibir comunicaciones de empleadores fuera de horario laboral. La iniciativa de la senadora por Mendoza y del Frente de Todos Anabel Fernández Sagasti establece que entre el cese de una jornada de trabajo y el comienzo de la siguiente quedará prohibido “el envío de directivas, consignas y solicitudes de activades adicionales por medios tales como correo electrónico, mensajería instantánea u otra herramienta tecnológica”.
Entiende el doctor Sebastián Serrano Alou, presidente de la Asociación de Abogadas y Abogados Laboralistas de Rosario, que “La discusión es más amplia: la del uso de la tecnologías en el mundo de las relaciones de trabajo. Hay una discusión sobre si sólo deben usarse para maximizar ganancias de las empresas o para mejorar la calidad de trabajo y, por ende, la situación de las personas que trabajan en las empresas”.
“Desde el punto de vista del derecho del trabajo y de la construcción de una sociedad más humana, me parece que se impone lo segundo”, afirmó. “Esto no quiere decir que resignemos las ganancias, pero siempre hay que tener equilibrio y nunca dejar de lado cuestiones centrales como la de la dignidad de las personas. En este sentido, debe respetarse el descanso, porque la persona tiene un trabajo pero su vida no gira en torno a ese trabajo“.
“Hoy, todo el mundo tiene un celular y lo lleva consigo a todos lados. No es fácil desentenderse cuando uno trabaja en un contexto en el cual es importante cuidar el trabajo y se tiene temor a una sanción por no haber prestado atención a lo que se decía“, graficó el doctor. “Esto perturba el descanso del trabajador en beneficio de la empresa, porque ésta adelanta el avance del desarrollo de sus objetivos en detrimento del tiempo que las personas tienen que destinar para sí mismas”.
“Esto no es filosófico; es realidad concreta. El derecho del trabajo tiene una raigambre constitucional muy importante, y dentro de los derechos de este tipo, el objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas; entonces, desde lo jurídico, lo fáctico y lo histórico, el proyecto es positivo“.