El testigo declaró en una audiencia del juicio por el asesinato, ocurrido en octubre de 2014
Más de 30 audiencias lleva ya el juicio por el asesinato de Franco Casco, cuyo cuerpo sin vida fue dispuesto en el río Paraná, donde fue encontrado el 31 de octubre de 2014, veinticinco días después de su detención por parte de personal policial y traslado a la comisaría 7a, de Cafferata y Catamarca.
El fiscal federal Fernando Arrigó contó uno de los últimos y sorprendentes capítulos de esta desgraciada historia, que entre otras cosas tiene como imputados a 19 policías. Ese capítulo lo protagonizó una persona que estaba detenida en la comisaría cuando llegó allí Franco Casco: “El testigo, muy seguro, reconoció a una una guardia que ‘verdugueaba’ y a otra que no lo hacía. También identificó a quien era oportunamente el titular de la comisaría, Diego Álvarez, que era una persona que podría estar a cualquier hora y participaba en torturas, golpeando a los detenidos con un palo”.
“Identificó a otra persona que se desempeñaba con la misma tesitura (que Álvarez) y a una policía que era ‘buena’ y no realizaba actos violentos”, agregó el fiscal, “y describió, en su declaración testimonial, determinadas mecánicas” del accionar policial “que van a ser valoradas cuando terminemos de escuchar toda la prueba”.
“Esto es como un rompecabezas, pero hay pruebas que empiezan tener cierta verosimilitud”, concluyó Arrigó.