Alejandro Pastore dijo que “no hay datos que afirmen que la actividad implique un mayor riesgo”.
El gobernador Omar Perotti advirtió ayer que “si vemos que no podemos mantenernos, volveremos a la fase 1, y los primeros que cerrarán serán los últimos que abrieron”. Mas tarde, la titular del área de salud, Sonia Martorano, detalló qué actividades quedarían restringidas si se retrocede de fase.
En ese sentido, enumeró las actividades religiosas y deportivas, la concurrencia a bares, restaurantes, cementerios, museos y bibliotecas, y la pesca deportiva y recreativa, además de la navegación y las actividades de guarderías náuticas, entre otras.
En diálogo con LT8, Alejandro Pastore, de la Cámara de Hoteleros y Gastronómicos de Rosario, dijo que están preocupados, porque sostenemos que “mas allá de lo que coyunturalmente hagamos en términos económicos, los bares y restaurantes han sido un espacio de encuentro social, de vinculo, ajustándose a los protocolos”
Pastore destacó asimismo que desde el 8 de junio, que iniciaron la actividad en salones, terrazas y veredas; “no hemos tenido que lamentar ningún tipo de contagio en nuestros establecimientos; y de hecho desde esa fecha y durante un tiempo prolongado, la curva de contagios en la ciudad se mantenía en cero; lo que muestra que la actividad bien realizada, ajustada a los protocolos, nos otorga garantías y nos permite sostener en vinculo social”, dijo Pastore.
“Nos parece que la actividad gastronómica no debe retroceder sin entrar en cuestiones de perfil económico en las que podríamos hablar de la situación dificilísima que vive el sector”, dijo el dirigente empresario. Por otro lado, apuntó que “no hay datos que afirmen que la actividad de bares y restaurantes impliquen un mayor riesgo para la población”.
Respecto de lo económico, advirtió que “el sector tiene la espalda cada vez más corta. Aquellos que trabajan lo hacen ajustando al máximo sus costos fijos y tratando de sostenerse y otros abren con déficit esperando que la situación se modifique”.