La dura metáfora fue vertida por Carlos Mellano, dirigente de hoteleros y gastronómicos, en “El Primero de la Mañana” por LT8
Las restricciones a las actividades anunciadas el viernes por el gobernador provincial Omar Perotti generaron no sólo sorpresa, sino malestar en muchos sectores. Muestra de ello fue la manifestación callejera en calles del Barrio Pichincha, que tuvo lugar el sábado por la noche.
Uno de los sectores mencionados, el gastronómico, tuvo en “El Primero de la Mañana” por LT8 a su vocero, Carlos Mellano, presidente de la Asociación Hotelera Gastronómica, quien manifestó sorpresa por la decisión de la provincia: “Los ánimos están caldeados y estamos tratando de contener al grupo del sector. No estábamos informados de nada. Para colmo, el anuncio fue en víspera de fin de semana, que es cuando se compra mucha materia prima para afrontar la demanda. La situación es compleja; algunos loclaes no pueden abrir por el horario impuesto y otros pierden la posibilidad de ofrecer el servicio de la cena. La angustia esNconstante porque no conocemos nuestro horizonte”.
Ante la presunción, hecha pública por el gobierno provincial, de que puede haber circulación comunitaria en bares y restaurantes porque reemplazan las reuniones familiares, Mellano confrontó: “Siempre tuvimos a resguardo cumplir con los protocolos, desde el día en que volvimos a trabajar. No podemos asegurar que no haya habido nadie contagiado en algún local, pero no tenemos registros de que los haya habido. De acuerdo a los parámetros sanitarios, entiendo que en nuestro sector la situación es controlable” sin que esto represente meterse “con lo sanitario o científico”. No es una cosa o la otra, según Mellano, pero aseveró que “nuestra actividad estaba con respirador, que ahora se desconecta. Hay que hallar lo mejor para todas las partes. No es que seamos caprichosos; entendemos la instrucción sanitaria, pero tenemos situaciones económicas extremas. Y no tenemos auxilio; lo único que el sector recibe es la ATP (Asistencia al Trabajo y la Producción)”.
Si bien reconoció que el nIvel de actividad gastronómica no llega al 40 por ciento, Mellano consintió que con los locales abiertos se puede subsistir, “afrontando gastos operativos, lo cual nos da una esperanza, ya que a medida que lleguen la primavera y el verano podremos trabajar más y empezar a licuar el pasivo que se acumuló entre el 19 de marzo yel 1° de junio”.
El referente gastronómico pidió “ver la forma de lograr el equilibrio entre lo que manifiesta la provincia y lo nuestro, priorizando la salud. La incertidumbre la y angustia también llevan a padecer enfermedades. Quizás se pueda considerar la chance de trabajar con mesas al aire libre, o profundizar poder trabajar dos días sin las nuevas restricciones”.
“Pierdo 40 mil pesos por semana”
La propietaria de un local gastronómico de la zona céntrrica rosarina calificó el escenario que diseñan las nuevas restricciones como “terrible, porque como no hubo una anticipación, todos nos quedamos con la mercadería que compramos para el fin de semana; tuvimos que regalarla o perderla”.
“Perderemos más horas de trabajo, lo cual se suma al tiempo que ya nos habían restado. Trabajamos a un 35 por ciento. Vamos camino a cerrar todos; no se soporta más. Los sábados a la noche no puedo trabajar porque abro a la 19.30. Es imposible mantener un negocio; impuestos y servicios se siguen pagando sin al 100 por ciento. Pierdo 40 mil pesos por semana”.