Desde hoy, a la hora 0, y por 14 días, la provincia impuso restricciones al comercio, la gastronomía, las actividades deportivas y el personal doméstico.
Poco a poco la ciudad comenzó a habituarse a la nueva normalidad que imponen las medidas impuestas por la administración provincial para intentar contener la propagación del coronavirus que, en los últimos días, había acelerado los contagios en Rosario. La actividad fue nula en el casco histórico y en los centros comerciales de los barrios donde los negocios, tal como manda la nueva normativa, permanecieron cerrados.
Bajo la mirada atenta de brigadas de la Secretaría de Control Municipal y la policía, que llevaron adelante constataciones en distintos puntos de la ciudad, los locales que tienen permitido abrir -bares y restaurantes que tienen el sistema de delivery o take away y comercios esenciales- levantaron sus persianas y atendieron a los escasos clientes que se acercaban para llevarse un café al paso.
A primera hora el panorama en los parques era desolado, en parte por las prohibición de realizar actividades deportivas y reuniones sociales, como por el frío y el viento, que desalentó a los rosarinos a salir a hacer caminatas, que están permitidas solo a 500 metros del domicilio declarado en el DNI y hasta las 19.30. Cerca del mediodía los amantes del aire libre salieron de paseo, con tapaboca y cumpliendo el distanciamiento social.
Fuente: La Capital
