A pesar de las repetidas súplicas de los funcionarios y profesionales de la salud para quedarse en casa, limitar el contacto con los demás, atender las restricciones y protocolos para evitar propagar el Covid-19, hay gente que ignora todo eso y continúa como si nada hubiera cambiado.
Para tratar de entender qué motiva a ese sector a no tomar en serio la amenaza del coronavirus, José Maggi habló de este tema, y otros relacionados, con la Psiquiatra y Dra. en Psicología, Marité Colovini (UNR).
En principio, la doctora cuenta la labor que se está llevando adelante desde abril, desde la Maestría de Psicopatología y Salud Mental que ella dirige, para dar respaldo a los profesionales de la salud. Esto se hace con un grupo de psicoanalistas que donan horas de escucha a los trabajadores de este área. El dispositivo se denomina: Escuchando a los que cuidan. “Porque sabíamos que llegaba un momento en el cual el esfuerzo se hacía desmedido y los profesionales de la salud empezaban a sufrir, verdaderamente, para poder cumplir con su trabajo.”
Colovini se manifestó asombrada del bajo número de trabajadores que han solicitado este servicio. Lo adjudica a la mentalidad con que enfrentan su labor; “sabemos que trabajan de un modo tal que sus sentimientos, sus malestares, siempre tienen que quedar en un segundo plano.”
Entonces, si los profesionales se sienten sobreexigidos, sobredemandados, y ven a una parte ruidosa de la sociedad haciendo marchas o performances, en contra de todo lo que defienden, se desaniman; influye en forma negativa en el personal competente.
Con respecto a la negación-que caracteriza a ese sector-, la doctora Colovini admite que en general, es un mecanismo de defensa. “Me preocupa cómo es fogoneada desde distintos sectores, y alimentada, esa negación.” Y nombra a los medios de comunicación y los políticos que se hacen eco, como cómplices. “Esos sectores están llevando a la población a situaciones que son verdaderamente suicidas,” denuncia la psiquiatra.
Frente a los intereses de ciertos grupos para ir en contra de lo recomendado, Colovini dice: “¿Cuál puede ser el interés más importante que el interés por la vida?”
“Jugar a que haya más muertes, intentar que haya más muertes… esto es lo que podemos llamar como necropolítica.”
Y remata: “Esto es muy repudiable.”
En el tramo final de su reflexión, ella habla de cómo lo pasan los pacientes, recordando que si bien algunos son asintomáticos o con sintomatología leve. Hay otros, que la pasan muy mal, e incluso muchos encuentran la muerte.
No son porcentajes, no son números, “son personas, tienen nombre y apellido, tienen historia y eran un proyecto.”