El expresidente adhirió ahora a un texto conjunto elaborado por el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral. La firman funcionarios, académicos, economistas y periodistas.
Macri firmó otra carta. Luego de la polémica desatada con la misiva que publicó durante el fin de semana, el expresidente adhirió ahora a un texto conjunto elaborado por el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional).
La nueva carta de Macri se titula “Cuidemos la democracia para que no sea víctima de la pandemia” y pretende lanzar un llamado de atención sobre los gobierno de la región, ante los “riesgos latentes” que pueden producir un “grave deterioro democrático” en los países América latina.
La carta de IDEA Internacional fue firmada por mandatarios, ex mandatarios, funcionarios, legisladores, economistas, científicos, académicos y periodistas, entre otros.
El fin de semana, Macri publicó una columna de opinión en La Nación en la que afirmó: “Hay que dar una discusión profunda y responsable sobre cuáles son los principios que deben regir nuestro orden social: es la República o la republiqueta; es democracia o demagogia; es elecciones libres o no habrá transparencia en los resultados; es seguridad o vivir con miedo”.
Las frases de Macri generaron críticas en el oficialismo y en su propia coalición política, Juntos por el Cambio. Uno de los últimos en analizar esa carta fue su ex asesor político electoral, el ecuatoriano Jaime Durán Barba: “no estoy de acuerdo con esa aproximación de Macri”, había expresado el ex asesor de Mauricio Macri.
La nueva carta señala: “En la raíz de las debilidades de las sociedades latinoamericanas están las varias dimensiones de las desigualdades sociales y los aún altos niveles de pobreza. La pandemia las desnudó e intensificó, aumentando el riesgo de que la región sufra otra década perdida en términos económicos y un fuerte retroceso en lo social”, advierte la declaración.
Y continúa: “La crisis representa un campanazo de alerta que demanda la necesidad de impulsar medidas dirigidas a superar los actuales niveles de desigualdad, pobreza e informalidad, los cuales constituyen no solo el principal obstáculo al desarrollo sino también el caldo de cultivo para las “soluciones” populistas y/o autoritarias. Constituyen también el caldo de cultivo de la violencia criminal organizada”.
Y añade: “Un denominador común ante la crisis gestada por el coronavirus es que el Poder Ejecutivo ha visto incrementada su responsabilidad, pero también sus atribuciones. En el ejercicio de esos poderes, en numerosos países de la región, se han decretado leyes de emergencia para combatir la pandemia. Es fundamental que no se rompa el equilibrio de poderes. El Poder Legislativo -con representación efectiva de las aspiraciones sociales- y el Poder Judicial -con capacidad de aplicar las leyes con independencia- deben continuar ejerciendo sus funciones y garantizando los equilibrios institucionales de un Estado democrático. La emergencia no debe ser vista como un cheque en blanco para debilitar los controles y la rendición de cuentas, ni socavar la lucha contra la corrupción. Todo lo contrario”.
Finalmente señala: “La democracia ya enfrentaba una situación social turbulenta y una gobernabilidad compleja: la ciudadanía demandando mejor calidad de vida y de servicios públicos; las mujeres reclamando, con justicia, igualdad y respeto; el grave problema del cambio climático que exige políticas consistentes de mitigación y adaptación, y una transformación paradigmática hacia bajas emisiones de carbono en los procesos productivos y patrones de consumo; y la expansión de internet universalizando el debate político y social, pero también diseminando fake news y discursos de odio”.
Sobre los aparatos comunicacionales, advierte: “Será necesario evitar que el creciente flujo de datos que está en manos del Estado para hacer frente a la emergencia sanitaria sea utilizado por los gobiernos como un instrumento de control y autoritarismo”.
Fuente Diario Ámbito Financiero