Todas las financieras que operan en el paralelo están al tanto del operativo de la Justicia. En Buenos Aires los policías están en esquinas estratégicas del microcentro. ¿Qué pasará en las cuevas rosarinas?
“El Banco Central perseguirá a las cuevas: habrá 30 allanamientos”. Este es el mensaje de WhatsApp que circuló anoche entre los corredores de cambio del blue, que son los mayoristas, los que le pasan a las cuevas las puntas de compra y de venta en cada momento, generalmente por handy.
Consultados en el BCRA, aclararon que ellos no allanan, sino que es la Justicia. Pero se abstuvieron de hacer comentarios.
“Parece que hoy va en serio. Hasta que no se sepa dónde van a ser los allanamientos, no se va a operar”, advierte el dueño de otra cueva. “El cliente tiene que venir a la oficina. Cambios chicos menores a u$s 1000 te lo depósito en cuenta y te pago $ 3 pesos abajo de lo que está mercado. De esa manera, al tener todos los bancos cerca de las cuevas el movimiento de la plata es en un radio de apenas dos o tres cuadras nada más”, esan son algunas de las voces que se escuchan en la city porteña. Y en Rosario? Qué pasará en las cuevas?
“Si el Gobierno hiciera allanamientos en los cajeros automáticos de los bancos, se darían cuenta que siempre hay filas de liquidadores con mochilas con por lo menos $ 1 millón cada chico haciendo depósitos. Los pagos de impuestos a
la AFIP deben hacerse con plata en cuenta”, dicen los rumores en las mesas de cambio.
“Ya más de la mitad de las cuevas están fuera del microcentro porteño. Y las que están ahí muchas están en Corrientes entre San Martín y Reconquista. O en los alrededores de Sarmiento, 25 de Mayo y San Martín. Guillermo Moreno los tenia muy bien marcados a los cueveros. Por eso muchas cuevas se fueron a Pilar y a oficinas de Vicente López incluso”, aseguró un operador de Buenos Aires. En tanto, consultado el ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno, sobre el
allanamiento de hoy a las cuevas, dijo que el problema es sistémico: “No tiene solución represiva porque es estructural, no coyuntural”.
Fuente El Cronista