La medida de fuerza de los trabajadores llevada a cabo por 72 horas impidió al municipio abordar el colapso de fieles.
El emblemático pastor José María Silvestri, falleció ayer víctima de coronavirus; y una importante comunidad religiosa rosarina está de luto. El referente de la Iglesia Evangélica Misionera Argentina (Iema) y fundador de Canal Luz tenia 73 años. Contrajo la enfermedad y fue internado en terapia intensiva donde permanecía desde hace tres semanas. Desde el 1º de septiembre se encontraba en observación y controlado en el sanatorio, pero con leves síntomas y algo de fiebre.
Ante la gran cantidad de seguidores que tiene el pastor se decidió velarlo en la iglesia de Bv. Oroño y 27 de Febrero, algo que está prohibido por la pandemia de Covid-19, ya que solo se permite hasta 10 personas en una sala velatoria y en la puerta del templo hay más de un centenar de fieles esperando por ingresar.
Si bien el pastor Rolando Ceresetti explicó que, “como corresponde, se ha pedido autorización, con todos los protocolos, con los barbijos, se pone dos veces el alcohol en gel cuando se hace la fila”, no deja de ser un riesgo sanitario en momentos donde la pandemia sigue en ascenso en la ciudad de Rosario.
En diálogo con Guillermo Zysman en “El primero de la mañana”, Carolina Labayru, Secretaria de Control y Convivencia del municipio, recordaba el decreto y la dificultad para disuadir el velorio: “No es momento para este tipo de aglomeraciones de gente. El decreto establece que a un velorio o a una celebración religiosa no pueden acudir más de diez personas. Apelamos a la responsabilidad de la gente porque no tengo el personal para abordar el tema”.
Con la vigencia del paro de empleados municipales la Secretaria de Control y Convivencia no dispone de los recursos humanos para trabajar en el lugar: “Toda afluencia de público no es recomendable en este contexto. Me enteré por las redes que estaba sucediendo el velorio. La verdad es que por el paro no tengo personal suficiente para abordar el tema”.
