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Ragendorfer: "La colaboración policial con las bandas está muy extendida y es una de las claves del problema"

El periodista y escritor puntualizó en la convivencia entre la fuerza de seguridad y el crimen organizado y reprobó la hipotética intervención del ejército, de la que dijo que sería “una locura; ineficaz y peligrosa”

El escritor y periodista de investigación Ricardo Ragendorfer (con paso por las revistas Gente, Caras y Caretas y Cerdos y Peces y diarios Ámbito Financiero y Tiempo Argentino, entre otros medios gráficos), brindó un pormenorizado análisis no exento de opinión personal acerca de la creciente violencia en Rosario y el país.

“En Argentina, dado que no es un país productor de droga, los carteles no tienen la dimensión que tuvieron el de Sinaloa, el de Medellín y el de Cali, que a cambio de impunidad hasta se ofrecieron a pagar las deudas externas de sus países. Aquí hay organizaciones más precarizadas, que obtienen ganancias mucho menores, pero que en los últimos años han adquirido – sobre todo en Rosario – un desarrollo territorial con ruido a balas”.

“Se habla de involucrar al ejército y se está articulando la fantasía de que acá actúan organizaciones mega desarrolladas”, señaló, para luego oponer: “Primero, hay que enfocar el problema en su dimensión real: se trata de negocios precarizados, pero con derramamiento de sangre absolutamente notable”.

“El cartel de Sinaloa, dirigido por ‘Chapo’ Guzmán, exportaba a EEUU cargamentos que le reportaban una ganancia de 100 millones de dólares semanales. Comparar a la banda de Los Monos o de Alvarado con esos carteles es como comparar a Maradona con un muñequito de metegol. Pero hay que analizar cómo se multiplicaron geométricamente las bandas de aquí: eso tuvo que ver con la existencia de zonas liberadas, con la convivencia de esas bandas con determinados jefes policiales”.

“Hace una década, cuando cayó (el exjefe policial de Santa Fe, Hugo) Tognoli – quien pasaba información a los jefes narcos acerca de dónde iba a haber operativos para interceptar droga -, esa detención señaló algo muy significativo: él era una especie de empleado de la banda de la familia Cantero, en una situación de subordinación al crimen organizado; algo inédito. Luego de su detención, la policía comenzó a gerenciar nuevamente el narco menudeo, como también, la piratería del asfalto y los desarmaderos. La colaboración policial con estas bandas está muy extendida y es una de las claves del problema”.

Por último, Ragendorfer se refirió a la cobertura que brindan los medios de alcance nacional a la cuestión: “Hay de todo. Está el tratamiento incorrecto que hacen esos medios y la angurria de determinados sectores políticos: lo primero que salieron a decir (la presidenta del PRO y precandidata a presidenta de la Nación) Patricia Bullrich y el intendente de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, fue que tiene que intervenir el ejército; una verdadera locura, igual a poner a cirujanos a construir edificios. En México, la intervención del ejército durante la presidencia de Felipe Calderón (2006-2012) produjo tres guerras simultáneas: ejército contra carteles; carteles entre sí, y Los Zetas – organización narco terrorista – contra todos”.

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