“No aparece, desde el Ministerio de Educación, alguna respuesta que tenga que ver con la gravedad de esta situación”, reclamó Juan Pablo Casiello, de Amsafe
Uan de las vertientes de la inseguridad y la violencia que campean en Rosario que está visiblemente creciendo es la amenaza a las escuelas y también, a docentes.
“Estos casos no son nuevos pero en los últimos tiempos han crecido mucho en número”, reconoció Juan Pablo Casiello, de Amsafe Rosario. “Hay una cantidad de compañeras y compañeros que han recibido amenazas directas de familiares de alumnos; algunos de esos familiares, vinculados al delito. Es otra forma de expresión de la situación en los barrios y que por diversos motivos amenazan a los docentes, cuya salud mental se ve, lógicamente, afectada”.
“Otros casos de salud deteriorada por el temor y la preocupación es la de las compañeras y compañeros que trabajan en las escuelas que han sido baleadas o amenazadas. Según nuestro centro de salud, son 22 compañeras que hicieron consulta por amenazas directas a ellas y 95 más, por amenazas a las escuelas en las que trabajan. En algunos casos, han tomado licencia. Todo demuestra angustia, desprotección y falta de respuesta de parte de las autoridades”.
“Las amenazas son diversas”, expresó. “Algunas se hacen vía celular; otras, cara a cara, y también, indirectamente, mandando a decirle algo a una docente a través de la directora. Este panorama genera mucha angustia y no aparece, desde el Ministerio de Educación, alguna respuesta que tenga que ver con la gravedad de esta situación. Casi que se toma cada situación como personal y ello no ayuda, de manera alguna, a solucionar el problema”.